miércoles, 23 de marzo de 2011

Odilo, el duende que vive bajo la almohada- VENDIDO

 -Tìtere de dedo-



Odilo no viene de ningún nido, por lo contrario, y aunque les parezca increíble vive de bajo de la almohada.
Se esconde ahí mientras todos dormimos, y nos cuida permanentemente para que no tengamos pesadillas.
Al revés de los seres humanos, él duerme de día, y vigila de noche, porque la luz del sol hace llorar sus ojos como cuando uno corta una cebolla para mezclar con la ensalada.
Pero bueno, volviendo a lo más importante, Odilo es un buen compañero para todos. Fijate si esta noche cuando te vas a descansar, y por casualidad lo ves un momento, no te olvides de saludarlo, para que se ponga bien contento.


-Títeres del Marote-

domingo, 20 de marzo de 2011

El primer espantapájaros del Mundo-


- Marioneta -

Contrariamente a la creencia popular del nacimiento de los espantapájaros, nos vemos obligados a revelar la verdad de la milanesa.
Sus creadores fueron los mismos pájaros, ¿Saben por qué? Todos conocemos los grandes palacios que construyen para sus pichones, para los cuales siempre se encargaron de escoger las ramitas más resistentes y térmicas para cobijar a sus pequeños.
 Con el tiempo, descubrieron que poniendo esas ramitas de diferentes maneras, podían conseguir todo lo que necesitaban para su hogar, (como la mayoría tenemos), las típicas mesas, sillas, cocina, heladera, y demás.
Todo a su alrededor estaba gracias a aquellas ramitas que se caían de los árboles.
Así descubrieron su oficio de constructores. Pero cuando ya tenían todo lo que necesitaban, aún les sobraban muchas ramas para seguir inventando cosas.
 Entonces un día, como sin quererlo, comenzaron a armar formas, algunas más redondas que cuadradas, otras más angostas que alargadas…y como por arte de magia, descubrieron que habían creado a un ser muy parecido a los humanos.
Cuando cambió la estación, los pájaros migraron en forma de "V", huyendo del frío, y entonces tuvieron que enfrentar un problema: este ser, que se parecía tanto a los humanos, no tenía alas como ellos, sino brazos como los humanos.
La gran creación de los pájaros allí se quedó, muy contento de haber cobrado vida, y decidió quedarse a esperar a los nuevos habitantes que irían a acompañarlo.
Así fue como sucedió, pero el pequeño detalle es que los nuevos visitantes le tuvieron muchísimo miedo a este ser de ramas, y lo apodaron “El Espantapájaros”.
De aquí mismo nace su nombre, y la leyenda que todos conocemos.

-Títeres del Marote-

jueves, 17 de marzo de 2011

Ernestino, sin oficio de su ser-


-Títere de dedo-

Pobre, dicen los que no comprenden: a Ernestino, en primera instancia; qué es tener un oficio del ser.
Tan lejos del tejo no cayó la bocha, porque si hay algo cierto, es que Ernestino tenía un oficio, y para desarrollarlo necesitaba dos brazos.
El bueno, el único, el original, el melancólico Ernestino, bibliotecario de una biblioteca preescolar, ya no sabe lo que es clasificar libros a dos manos. La habilidad con la que antes mantenía el equilibrio de su delgadísimo cuerpo consistía en un subir y bajar de los brazos para acomodar los libros. Entraba la mano derecha en el cajón y buscaba el estante intuitivamente, al tiempo que la izquierda estaba ya sumergida en el cajón realizando idéntica tarea.  Entre dos hileras de libros tijereteando con los brazos a una velocidad asombrosa, el ser flaco con oficio y atuendo especial siempre, mantenía la verticalidad de su metro 87.
Pero una tarde gélida, un sable manejado por un ser de otro oficio, separó el brazo derecho de Ernestino de su cuerpo largo, con manga, libro y todo. El brazo cayó sosteniendo aún el libro “el sable quiere ser hoz”. Luego cayó Ernestino, que entendió que lo habían matado (no entendió nada).
Ahora. El oficio del ser de Ernestino está abierto a sugerencias, desde que el hombre dejó la librería y merodea por las plazas. Se lo reconoce por las ropas y por la cara de desorientao.