lunes, 20 de junio de 2011

Carmelo, el cocinero viajero-


-Títere de dedo-

El día puede estar nublado, pero Carmelo lidia con el mal tiempo con buena cara y exquisiteces para todos los paladares. El mundo está en sus recetas y tragos personalizados. Mezcla sabores que da gusto.
Además, baila y canta mientras cocina, y un sol es testigo de su gran sonrisa de chef. Las comidas en su casa son multitudinarias, siempre cocina de más por si acaso alguien percibe el aroma desde afuera y se tienta a entrar.
 Es un viejo hábito, desde sus abuelos, y padres, nació en una cuna culinaria.
Pasado un tiempo entre ingredientes     que ya se tornan familiares, y no del todo complacientes, Carmelo, se inquieta. Su espíritu trotamundos emerge. Entonces se carga la mochila, con una olla y su bolsa de dormir y parte con rumbo incierto a buscar nuevos sabores por el mundo para renovar los platos de su cocina alocada.
Y llegó el día que todos esperaban con ansias. Aquel atardecer de sol y lluvia en que Carmelo inauguró su restorán fue verdaderamente una FIESTA.
Música que endulzaba los oídos, ingredientes sabrosos  y la comida como estrella principal hicieron una velada que fascinó a todos sus comensales, de una vez y para siempre.
Ahora Carmelo, se ocupa de innovar en las recetas, y sus cuatro hijos de aportar sabores de todos los lugares, grietas, libros y cocinas del planeta.


Títeres del Marote.